lunes, 8 de agosto de 2011

Black Coffee

La luna llena refleja mi soledad
la noche me invade sin piedad
ella y yo nos convertimos en una
solitarias amigas una vez más.

Cubreme de caricias hasta el amanecer
visteme de besos mi piel
susurrame algo obsceno sin querer...
pierdeme, pierdete, y gime de placer

Mi mano bajo el vestido
busca el lugar adecuado
se desliza entre mis muslos
habilidosamente hasta encontarlo

Un ensordecedor silencio alrededor
dejan desnudos  mis suaves suspiros
mi mano indecorosa vacila unos segundos
pero renauda el ritmo sin pudor

Amantes de la noche venid a visitarme
os espero una vez más en mi mente
con un cigarrillo encendido humeante
y una taza de café








domingo, 29 de mayo de 2011

C´EST LA VIE !!!

Tus apasionados y dulces besos
revivieron la llama dormida de mi interior
no sabía lo perdida que había estado
hasta que tus labios me lo mostraron

Como si no hubiese pasado el tiempo
tus manos se deslizaban bajo mi ropa
atrevidas y seguras, lo sabían todo
tomando sin permiso y con ansia

Nuestros cuerpos se encontraban de nuevo
en ese estado de lujuria y perversión
que tantas otras veces habiamos vivido
que tantas otros momentos disfrutamos

Mis pezones sugerentes y descarados
te llamaban a gritos desesperados
ese ligero y malvado mordisqueo
que tú supiste dar en el momento adecuado

Tus ojos clavados en los míos
me hablaban de anhelo prohibido
pronunciando mí nombre entre susurros
abandonaba mis formas, de nuevo, entre tus brazos

Deseabas más, deseaba más
quizás en otra ocasión,
en otras circunstancias
volvamos a encontrarnos

Mientras me quedaré
con tu sabor en mis labios
con tu aroma en mi piel
con las ganas otra vez


domingo, 3 de abril de 2011

THE GAME

Silencio.
No hables ahora
Calla.
No me nombres
Quieto.
No me toques
Aguarda.
Espera mi llamada

Acostada, mi desnudez aclama
Mirame.
Mis curvas insinuan con sutileza
Adorame
Mis labios aguardan ansiosos tu miel
Besame
Mis manos se confian sobre tu piel
Poseeme

Sentía todo su peso encima de mí, mis pechos casi no podían soportar aquel extra y se quejaban, pero no me impedían seguir, queria seguir. De vez en cuando elevaba su cuerpo ligeramente y podían respirar un poco. Él, aprovechaba aquellos espacios intermedios para pellizcar mis pezones levemente. Era en esos espacios, cuando sentía mucho más el roce de su sexo sobre mis nalgas, ya no soportaba más el juego. Quería más, lo quería todo. Quería gritarle, hazme tuya ya! pero al mismo tiempo deseaba esa tortura, esa impaciencia que me intranquilizaba me producía también un extasis brutal. Sus gemidos sobre mi nuca absorvian mi respiración, el delirio se acercaba cada vez más. Cuando me sentí llena por fin, la satisfacción inundó todo mi cuerpo, desatando una locura incontrolable. Apenas podía moverme, él llevaba el ritmo de aquel baile, él decidia a su antojo su placer y el mío. Así lo dispuse yo ese día, así quise yo que fuera, así quiero que sea.