miércoles, 18 de agosto de 2010

YO PUTA



                                                                                    


















El silencio quemaba mi garganta...

por querer decirle todo lo que pensaba

El hijo de puta era un cabrón

pero lo amaba

Me poseía como a una zorra

y yo me entregaba entre lagrimas escondidas...

Las noches atravesaban mis entrañas extrujandomelas

rostros desconcocidos manoseaban todo mi cuerpo

mientras mirando al techo soñaba...



Tu reina, tu niña, tu puta, tu zorra…

¿Que quieres que sea…?

En lo que tu desees me convertiré,

Tus sueños cumpliré, tu sexo derramaré..

Tus ansias saciaré, tu cuerpo devoraré..

A cambio, solo pido no ser una más…

A cambio, solo un beso despues nada más..



Otros querian amarme, poseerme, adorarme…

Mi cuerpo respondía pero no sentía,

Mi alma sentía pero no correspondía,

Mientras el decía, dime lo puta que eres dime…

Mi corazón lloraba

Mi cuerpo aliviaba



La lluvia empañaba los cristales,

La soledad cubria mi alma,

La indeferencia destapaba mis pesares,

La lujuria llenaba mi cama…



lunes, 16 de agosto de 2010

Carlota

  Carlota se hallaba tumbada en la cama semidesnuda, mirando al techo blanco con la mirada fija al mismo tiempo que aspiraba profundamente una bocanada de humo del cigarrillo que acababa de encenderse. La habitación estaba completamente a oscuras, solo se percibían unos delgados destellos de luz asomándose tras la puerta y el extremo incandescente del cigarrillo.

  Estaba serena, no podía sentir ya dolor alguno, apenas notaba los latidos de su corazón, había una paz absoluta aquella noche, era muy extraño, demasiado silencio, pero a ella no le importaba, en realidad, ya no le importaba absolutamente nada.

  De repente se oyó el sonido de unos pasos cada vez más fuertes y cercanos, Carlota giró levemente su rostro esperando encontrar una figura pronto, muy pronto. Sin mover su cuerpo, espero, solo espero. Allí se encontraba él, un hombre de rostro afable y complexión fuerte. Carlota no se inmutó, solo se movió para apagar su cigarrillo en el cenicero que había encima de la mesilla. Él comenzó a hablar:

-Nena... ¿Por qué te has ido de la fiesta?

  Carlota no dijo nada, él se acercó... y se sentó al borde de la cama acariciando suavemente sus muslos desnudos, mientras esperaba que Carlota le dijese algo.

-Nena... Venga solo estaba tonteando… ya sabes… Sabes que solo te quiero a ti, ¿por qué dudas?

  Le  miró entonces fijamente y sus ojos estaban vacios. Carlota rompió el silencio

-Cielo… se necesita mucho más que un tipo como tú para hacerme daño…

  Él empezó a besarla suavemente sus pies, esperando su aprobación. Carlota lo agarró de la camisa y lo acercó hasta su boca, cogiéndole fuertemente del pelo y besándole apasionadamente. Su lengua recorría el cuello del hombre, regalándole de vez en cuando con un suspiro entrecortado a sus oídos, parandose durante unos segundos y jugueteando con el lóbulo de su oreja. Sabía que sus labios húmedos y calientes le excitaban, sabía que sus suspiros suaves e intensos aumentarían su deseo hacia ella. Desabrochándole la camisa y el pantalón, metió su mano agarrando fuertemente su miembro.
-Dime nena, dime ke kieres.  Decia él mientras retozaba encima de ella.

  Carlota le susurro al oido:

-Quiero que me folles! Quiero que me penetres hasta sentir dolor! Quiero que me azotes! Eso te vale? dijo ella en tono sarcastico..

-Joder nena, como me pones cuando dices esas cosas. Dijo él mientras se medio incorporaba para desnudarse comodamente.

  Las braguitas de Carlota comenzaron a humedecerse, empezaba a notar esa caracterista tan asidua en ella de hambre de sexo...